Narrada desde una necesaria perspectiva femenina, la película es una incursión
sólida y diferente dentro del thriller criminal.
Una ama de casa de los suburbios llamada Jean (Rachel Brosnahan), quien
vive una vida aparentemente fácil con el apoyo de su marido ladrón
Eddie (Bill Heck). Pero cuando Eddie traiciona a sus socios,
Jean y su bebé se ven obligados a huir, y el viejo amigo de Eddie,
Cal (Arinzé Kene), tiene la tarea de mantenerlos a salvo. Después
de que Cal desaparece misteriosamente, Jean se hace amiga de su esposa
Teri (Marsha Stephanie Blake) y las dos mujeres emprenden
un peligroso viaje al corazón del inframundo criminal de Eddie.
La cineasta Julia Hart (En defensa propia,
Stargirl) dirige para Prime Video un thriller cuyo objetivo es
realizar un homenaje a los dramas criminales de los 70, aunque
contado desde el punto de vista de la desafortunada mujer de un gangster.
Una de tantas mujeres que contraen matrimonio con el Corleone o el Montana de
turno, y que no obstante desaparecen de la pantalla en cuanto dejan de ser objeto de deseo. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado que habrá sido de ellas? Pues,
Hart tiene la respuesta. Así, la directora
nos narra la historia de una de estas doncellas pasivas del crimen
mientras es perseguida, indefensa y bebé en brazos, por culpa de los crímenes
que su marido ha cometido.
Rachel Brosnahan (La maravillosa Sra. Maisel, Ironbark) cambia
por completo de registro después de calar muy hondo en nuestras mentes con su
queridísima Sra, Maisel. De esta forma, la actriz de Milwaukee nos regala
otra interpretación cautivadora, aunque mostrando una cara completamente
distinta. Su Jean es
una mujer acomodada que se ve forzada a enfrentarse al peligro por primera
vez. Perseguida por los enemigos de su marido y ya sin la protección de este, el
personaje de Brosnahan
debe reactivar sus instintos de supervivencia y aprender a defenderse de
una muerte segura. Así, empieza a descubrir poco a poco que tiene la capacidad para actuar e
imponerse a sus propios miedos, en vez de limitarse simplemente a reaccionar y
autocompadecerse.
Un enorme mensaje que no puede pasar desapercibido.
Ser narrada desde una necesaria perspectiva femenina es lo que
convierte a ‘I’m Your Woman’ en
una incursión sólida y diferente dentro de un género abarrotado
de figuras masculinas. A pesar de que se cocina a fuego lento,
su atmósfera opresiva consigue mantener el interés gracias a una
notable primera hora. Destaca
el gusto por los detalles de la época y un apartado técnico muy cuidado
en todos los aspectos. Sin embargo, en su segunda mitad,
la película opta por vías algo más tradicionales y se transforma en una
de esas propuestas de las que supuestamente intentaba alejarse. Pero claro, la
progresión del personaje es lo que obliga a la trama a desembocar casi a la
fuerza en un desenlace tan previsible y gratuito. Que pena, pues los
innecesarios clichés del final ensombrecen la fascinante ambición del
principio.
Puntuación: 7/10
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