Excelente serie que refleja el camino del ascenso a la fama junto a las consecuencias de las adicciones.
Tras sufrir un accidente de coche junto a su madre, Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) queda huérfana y acaba siendo internada en un orfanato. Allí, entabla una amistad con Jolene (Moses Ingram) y desarrolla su amor por el ajedrez, el cual aprende con el conserje del lugar. Gracias a su gran habilidad para ganar cada partida, va haciéndose un hueco en un deporte dominado principalmente por hombres y pasa a tenerlo todo, incluso una familia adoptiva. Sin embargo, no puede evitar refugiarse en las drogas en cuanto no tiene el control de las fichas.
‘Gambito de dama’ muestra el mundo del ajedrez desde una perspectiva a la que la audiencia no suele estar acostumbrada salvo que le guste mucho este mundillo o que hayan tenido la oportunidad de visualizar filmes como ‘El caso Fischer’ o ‘La reina de Katwe’, las cuales también giran en torno a un prodigio del deporte. Al igual que pueda pasar con las industrias de la música y el cine, existen casi los mismos patrones: aquellos que están acostumbrados a su gran fama y no pueden fallar porque eso implicaría perder su posición, los que tras muchos años trabajando de lo mismo se replantean su pasión y quienes se quedan estancados en un lugar, decidiendo si seguir o dejarlo a tiempo.
Moviéndose entre años diferentes, goza de una gran ambientación que mete de lleno al espectador en la época mostrada. Esto último también lo consigue con un maravilloso guion, escrito por Allan Scott (La mujer del predicador, Kon-Tiki) y Scott Frank (Logan, Minority Report), quien además es el director de la serie, que contiene diálogos y reflexiones cercanos para varios espectadores, especialmente por los asuntos que trata como la soledad, la obsesión por ganar o la adicción a sustancias, todo ello vivido por la propia protagonista.
El elenco actoral es bastante bueno, pues llegas a empatizar y creer a sus personajes hasta el punto de tener la sensación de haber visto o conocido a gente así en la vida real, con todas esas vivencias y creencias que dotan a cada uno de un realismo que traspasa la pantalla. Anya Taylor-Joy (Los Nuevos Mutantes, Emma) ofrece una increíble actuación de Beth Harmon, huérfana cohibida en su soledad que desarrolla una gran habilidad y pasión por el ajedrez, interpretando Annabeth Kelly (The Little Francis) a su contraparte joven de forma espectacular.
Acompañando a la reina del juego, se encuentran Moses Ingram (The Tragedy of Macbeth) en el papel de Jolene, su única amiga en el orfanato que lleva mucho tiempo sin ser adoptada, Marielle Heller (Un amigo extraordinario, ¿Podrás perdonarme algún día?) como la madre adoptiva de Harmon, que trata de darle todo el amor y cariño que puede, Harry Melling (El diablo a todas horas, La balada de Buster Scruggs) interpretando al conocido jugador Harry Beltik, y Thomas Brodie-Sangster (El corredor del laberinto, Godless) siendo el mundialmente famoso ajedrecista Benny.
Sin importar tus conocimientos respecto a este deporte, su historia sobre la travesía de la prodigiosa jugadora llevará a muchos a querer conocer más acerca de ella y visionar un episodio tras otro sin tener en cuenta la noción del tiempo. Basada en la novela homónima de Walter Tevis, la miniserie gustará tanto a quienes disfruten con saber los puntos álgidos y los momentos descorazonadores que suponen la mayor parte de recorridos por conseguir ese gran sueño que tengamos. No hay duda alguna de que se trata claramente de una de las mejores producciones de Netflix en lo que va de año.
Puntuación: 8/10
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