Katori Hall muestra con esta serie la realidad que viven las bailarinas de striptease a diario.
El club de striptease The Pynk, situado en el delta del río Mississippi, abre sus puertas a cualquiera que necesite empezar su camino a una vida mejor. Una de ellas es la joven Autumn Night (Elarica Johnson), quien escapa de su oscuro pasado y tiene que aprender a ser una gran bailarina con ayuda de Mercedes (Brandee Evans), una veterana del baile que decide dejar los escenarios. Ejerciendo de figura paternal y siendo, además, su nexo de unión, se encuentra Clifford (Nicco Annan), dueño del lugar que hará lo que sea por asegurar el bienestar de las mujeres y que el sitio tenga todo lo necesario para un hombre.
‘P-Valley’ es una serie que no debe ser juzgada por sus imágenes. Es cierto que por el oficio principal hay mucha sensualidad mostrada, pero no es el único asunto tratado. Temas como la violencia de género, la traición o los traumas acontecen en la historia siendo contados de forma realista y cercana, por lo cual el espectador puede fácilmente llegar a empatizar o a sentirse identificado con alguno de los personajes desde el primer episodio.
Aunque se nos dé a conocer primero a Autumn Night, interpretada por Elarica Johnson (Blade Runner 2049, Sexual Healing), lo cierto es que no se puede definir a una protagonista, ya que también son principales en la historia el resto de bailarinas: la ambiciosa y feroz Mercedes, a quien da vida Brandee Evans (Games People Play, The Bobby Brown Story), la idealista e ingenua Miss Mississippi, representada por Shannon Thornton (Jerry Maguire) y la extravagante y sincera Gigdet, en cuyo rol se mete Skyler Joy (El sótano de Ma, Fat Ass Zombies); todas ellas bajo el manto del protector de gran corazón Clifford, representado por Nicco Annan (This Is Us, Shameless).
El resultado final es un maravilloso y entregado elenco cuya unión y buen rollo detrás de las cámaras puede verse trasladado a la pantalla. Asimismo, el guion escrito por Katori Hall (Hurt Village, Arkabutla) – y en ciertos capítulos por Jenina Kibuka (Insatiable, The Blacklist), Keith Josef Adkins (For the People, The Good Fight), Jocelyn Clarke (The Young Offenders) y Jacqui Rivera (Los otros dos, The Get Down) – dota a cada figura de un gran desarrollo y ayuda a que la historia transcurra de forma descarnada, ofreciendo incluso flash-backs para complementar lo sucedido en una escena.
Además de mostrar diversidad en cuanto a la escritura, sucede lo mismo con la dirección. Cada uno de los 8 episodios están dirigidos por una mujer diferente: Tamra Davis (Crossroads: hasta el final, Billy Madison), Karena Evans (Mary me mata, Cada día), Barbara Brown (Glee, Scream Queens), Sydney Freeland (Estación 19, Hoverboard), Geeta V. Patel (Muertos para mí, Superstore), Kimberly Peirce (Carrie, Boys Don’t Cry), Millicent Shelton (Black-ish, Empire) y Tasha Smith (Todo incluido, Más falsas apariencias). No obstante, esto no afecta a la continuidad de la serie, incluso si se puede apreciar el toque distintivo de algunas de ellas.
El hecho de incluir a bailarinas reales y especialistas de cine que supieran o aprendieran a bailar dice mucho de la naturalidad deseada. Un detalle curioso que asegura la calidad de los mismos es que muchos de ellos han trabajado con Marvel, como por ejemplo Jennifer Badge (Vengadores: Endgame, Iron Man 3), coordinadora de los dobles en todos los episodios, Delmar Reyna (Black Panther, Spider-Man: Homecoming), quien fue doble de Autumn Night, Phedra Syndelle (Vengadores: Infinity War, Thor: Ragnarok) y Sadiqua Bynum (Black Panther, Halcón y el Soldado de Invierno), ambas realizando las escenas de riesgo de Mercedes.
La vestimenta de las strippers es algo que va a gustar mucho a algunos y con razón. Las diseñadoras de vestuario Rita McGhee (Empire, American Soul) y Alita McGhee Bailey (Chi-Raq, American Soul) han llevado a cabo un gran trabajo creando conjuntos que, de aquí a un tiempo, serán replicados por seguidores, o incluso bailarinas. Parece una tarea simple pero todas las prendas tienen detalles y un estilo identificable para los personajes, lo cual ayuda bastante a saber más sobre la forma de ser de cada uno.
Merece la pena visionar una serie ambientada en la vida real que trate sobre gente que perfectamente podría existir, con sus historias que contar mostrando que son mucho más de lo que aparentan. Los prejuicios que se puedan tener antes de empezar su visionado se disipan con una ambientación tan hipnotizante que causa deseo de estar allí en ese momento y con la mayor parte del peso de la narrativa recayendo en cada individuo con sus virtudes y sus defectos, exactamente igual que en la realidad.
Puntuación: 8.5/10
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