Serie muy divertida y casual que satiriza la actualidad en un mundo futurista.
Del creador de ‘The Office’ y ‘Parks and Recreation’
Un joven desarrollador de aplicaciones llamado Nathan Brown (Robbie
Amell), se despierta en un hospital después de un accidente de coche en piloto
automático, necesitando elegir su destino rápidamente. Tras una breve
deliberación con su superficial novia Ingrid (Allegra Edwards),
elige subir a la vida de lujo virtual de la familia de ella, “Lakeview” de la
compañía Horizen. Una vez subido a Lakeview, Nathan conoce a su “ángel” de
atención al cliente Nora Anthony (Andy Allo), quien al principio es una
consejera y guía carismática, pero pronto se convierte en su amiga y confidente,
mientras le ayuda a adaptarse a esta nueva extensión digital de su vida.
Parece que el escritor ganador de un premio Emmy Greg Daniels (The
Office, Parks and Recreation) ha decidido inclinarse por un terreno más
futurista, y antes de estrenar su próximo trabajo con Steve Carell, de
nombre ‘Space Force’, nos trae esta nueva
serie cómica situada en un
futuro tecnológicamente avanzado -aunque más cerca de lo que creemos-
donde teléfonos holograma insertados en la mano, impresoras de comida 3D y
supermercados automatizados están a la orden del día.
Además, los
humanos pueden elegir ser ‘subidos’ a una vida virtual cuando se encuentren
cercanos a la muerte. La producción es una mezcla de
ciencia ficción, misterio, romance y comedia en la que abunda la sátira
sobre la desigualdad de ingresos, la degradación ambiental, la pérdida de la
privacidad y nuestra impotencia y dependencia ante las grandes compañías
tecnológicas.
Temas como
la ciencia, el amor y el deseo intrínseco humano de alcanzar la
inmortalidad
a cualquier coste tienen mucha presencia en la serie y son tratados de forma
cómica y ligera. Con el objetivo de plasmar su visión utilizando elementos e
ideas lo más realistas posibles, Daniels realizó una
investigación exhaustiva sobre que inventos y problemas están surgiendo en la
actualidad
y las potenciales soluciones que serían puestas en práctica en un futuro cercano.
Así, durante el visionado nos encontramos con situaciones y objetos como la
inexistencia de accidentes en carretera, manifestaciones a favor del
derecho a ‘subirse’ para todos,
funerales virtuales al que asisten los fallecidos, trajes sexuales de
última generación o el
intento de volver a introducir la mente de un ciudadano ‘subido’ en un cuerpo
físico, algo que sería el último escalón hacia la vida eterna.
La serie cuenta con un reparto principal formado por Robbie Amell (La
primera vez que nos vimos, Código 8), protagonista absoluto de la ficción y
Andy Allo (Dando la nota 3) dando vida a la coprotagonista y ‘ángel’ de
Nathan. Ambos poseen una
buena química durante las secuencias en las que aparecen juntos, aunque Allo, por lo general, nos ofrece una
mejor interpretación, quizá debido a que su personaje resulta más cercano
que el de Amell, que
vaga por las escenas derrochando sarcasmo y falta de expresión.
Otro papel a recalcar es el de la novia de Nathan, la superficial pero devota
Ingrid, interpretada con acierto por Allegra Edwards (Briarpatch).
No podían faltar los personajes cuyo propósito en cada episodio es servir como
puro alivio cómico. Entre ellos, podemos destacar a Kevin Bigley (BoJack
Horseman) en la piel de Luke, además de
algunos momentos hilarantes protagonizados por Owen Daniels (Space
Force) interpretando al botones del hotel virtual, así como una divertida y
esporádica participación del veterano William B. Davis (Expediente X,
Malos tiempos en el Royale).
Uno de los elementos que destacan a simple vista son los
efectos especiales. Y es que un mundo futurista de estas características
requiere de un trabajo especial en su cgi y, aunque acierta en algunas cosas,
por ejemplo, en la
recreación de errores informáticos y glitchs propios de un videojuego
-personajes que se atascan o un lago cuya agua sigue una animación no cíclica-,
en el momento de ponerse realmente serios se pueden apreciar
grandes carencias técnicas, quedando
muy por debajo de otros lanzamientos recientes como ‘The Boys’ o
‘Good Omens’.
A pesar de esto y como punto a favor, la serie cuenta con un
diseño de producción y arte muy cuidados, logrando así que
cada escenario e invento que aparecen en cada episodio nos
resulten cercanos en el tiempo e incluso realistas, si nos fijamos en
las tendencias del mercado en general. Y estoy seguro de que más de un
aficionado a la tecnología se inspirará con muchos de los objetos o modas de
la ficción, algunos de ellos de mucha utilidad y otros cuya función puede ser
materia de arduo debate.
‘Upload’ es una serie muy divertida y casual, aunque por debajo del ranking de creaciones de Daniels. Por lo general, tiende a brillar en sus momentos cómicos, sobre todo
cuando realiza una sátira de la sociedad actual adaptada a un futuro en
el que los
problemas más básicos de la humanidad no han sido solucionados, pues la tecnología parece tener un valor más significativo que los derechos
humanos o el bienestar económico, algo que incluso se refleja en el mismo
mundo virtual, un lugar que debería ser un paraíso post mortem para
todos y sin embargo es un mero calco de la realidad, división de clases
inclusive.
Pero la ficción
pierde calidad al introducirse en los terrenos del romanticismo más
superficial
-no faltan las escenas sin camisa y las caricias de abdominales bien
formados-, hasta tal punto de caer en el
cliché americano partidario de que los ‘guapos’ son guays y los ‘feos’
raros, siniestros y nada merecedores de la simpatía de ninguno de los
protagonistas. Además, la historia cuenta con
un misterio muy dosificado a lo largo de la temporada, algo que parecen
haber reservado para dar más juego en futuras temporadas.
Te la recomendamos si quieres desconectar y pasar un buen rato
disfrutando de su sátira y la visión de un futuro donde la tecnología avanza
más rápido que la propia humanidad. La serie al completo estará
disponible en Amazon Prime Video el 1 de mayo.
Puntuación: 7,5/10
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