Interesante propuesta coral que ahonda en la crisis migratoria de Europa bajo distintos puntos de vista.
Una playa griega en un día soleado. De repente, un pequeño bote que transporta a cincuenta inmigrantes atraca en la orilla y, sus pasajeros, comienzan a abrirse espacio entre una multitud de turistas estupefactos. Esta inquietante escena vincula el destino de muchos personajes: un nigeriano en fuga, un guardia de seguridad griego atormentado por la culpa, la gerente de un campamento de refugiados francés atrapada en el caos, una pareja de alemanes que acoge a un refugiado en secreto, y una familia siria que quiere empezar de cero, pero que pronto se verá presa de su pasado.
«Esta es la mayor crisis a la que debe hacer frente la Unión Europea desde 1951». Con esta frase, una de las protagonistas de ‘Eden’ restituye en nuestras mentes lo que hoy en día hemos relegado a un segundo plano desde que se anunciaran las primeras medidas de confinamiento debido al Covid-19, una de las mayores crisis sanitarias mundiales cuyas consecuencias, sociales y económicas, cambiarán el mundo tal y como lo conocemos.
A lo que ella se refiere, no es otra cosa que al drama de los refugiados e inmigrantes, una tragedia humanitaria a la que Europa ha sido incapaz de responder y que, después de los últimos acontecimientos, se enfrenta a una incógnita aún mayor. Una calamidad que aumenta con el paso de los años y que alcanzó un pico considerable debido al estallido de la guerra en Siria. Desde entonces, miles y miles de personas huyen de sus países en busca de paz y calidad de vida.
La serie, ganadora del premio a la mejor producción de L’Association des Critiques de Séries, está dirigida por Dominik Moll (El monje) y se desarrolla en cuatro países diferentes, estos son: Alemania, Grecia, Francia y Bélgica. Además, consideramos que es obligado su visionado en versión original, pues uno de sus grandes atractivos es la variedad de idiomas que se hablan en la ficción, variando constantemente entre alemán, griego, francés, árabe, inglés y en menor medida, algunos lenguajes de varias naciones africanas.
Esta variedad de países e idiomas se debe a la intención inicial de sus creadores de reflejar algunas historias individuales con alguna relación entre sí, al estilo de producciones como ‘Crash’ (Paul Haggis, 2004), ‘Babel’ (Alejandro González Iñárritu, 2006) o ‘El violín rojo’ (François Girard, 1998). Gracias a ello, podemos asistir a una completa humanización de los personajes en donde no todo es blanco o negro, ni bueno o malo, ni justo o injusto y que así, cada individuo tenga la oportunidad de mostrar abiertamente sus defectos y virtudes, sin importar su procedencia, algo que podría escocer a más de uno en estos tiempos de lo políticamente correcto.
Entre las diferentes historias a las que asistimos en la ficción, cinco en total, encontramos una variedad de conflictos e intereses. En Alemania, una familia refugia en secreto a un joven sirio. En Francia, una pareja y su hija, procedentes de Siria, intentan escapar del pasado. En Bélgica, la directora general de un campo de refugiados griego negocia con agresividad el futuro de su proyecto. Y en Grecia, una tragedia definirá el devenir de dos empleados mientras uno de los menores que debían vigilar, escapa en busca de su ansiado destino.
Uno de los grandes aciertos de la producción lo encontramos en su reparto coral multiétnico y lleno de talento. Algunas de las mejores interpretaciones las ofrecen la ganadora de dos premios César Sylvie Testud (Insumisas, Suspiria), como la directora general del campo de refugiados griego, Theo Alexander (True Blood) dando vida a un frío y calculador guardia de seguridad, Juliane Köhler (El lugar del crimen, La decisión del rey) en la piel de una madre que se debate entre su hijo y su acogido y Joshua Edoze, que destaca con una desgarradora y honesta interpretación del inmigrante que viaja por Europa en busca de su destino, mientras se enfrenta a diferentes desafíos.
El resto del reparto principal lo conforman intérpretes de origen sirio, como la pareja formada por Diamand Bou Abboud (Alma mater, El insulto), que ofrece una de las interpretaciones más cálidas, y Maxim Khalil. También, tenemos al refugiado de la familia alemana, interpretado por Adnan Jafar, siendo la misma completada por los actores alemanes Wolfram Koch (El Capitán) y Bruno Alexander (El mundo en llamas). Además, Michalis Ikonomou aporta acento griego como el atormentado segundo guardia de seguridad.
‘Eden’ es una interesante propuesta coral de objetividad y humanización. Un homenaje a todas las familias e individuos que conforman el enorme grupo de inmigrantes y refugiados que vagan por Europa con esperanza, aunque todavía vislumbren un futuro borroso y carguen con un pasado lleno de horror y dolor a sus espaldas. También, es una llamada de atención a la Unión Europea, ahondando en sus tejemanejes políticos en los que el lucro económico sigue siendo el motor que mueve la toma de decisiones, a pesar de que hayan miles de vidas en juego.
Además, gana especial importancia una puesta en escena sincera y realista, con una producción muy cuidada, que unida a su complejo guion, desarrolla con total precisión las diferencias sociales y culturales a las que tienen que enfrentarse ambos bandos, así como enlaza las distintas historias de manera que ninguna parezca prescindible. Todo un viaje que desemboca en un último episodio cargado de emoción, donde las diferentes tramas se resuelven en tragedia, logros, felicidad o incógnita. Un calco de miles de vidas que se enfrentan día tras día a una realidad tan dolorosa, como incierta en su porvenir.
Puntuación: 8/10
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